El aprendizaje sobre organización empresarial no se limita a la teoría: es fundamental que el alumnado pueda aplicar los conceptos a situaciones reales o simuladas. Las actividades prácticas permiten desarrollar competencias profesionales como el trabajo en equipo, la comunicación, la toma de decisiones y la capacidad de análisis.
A través de estas dinámicas, los estudiantes podrán:
- Analizar y comentar organigramas reales.
- Simular flujos de información entre departamentos.
- Diseñar organigramas a partir de casos prácticos.
- Clasificar decisiones según el nivel organizativo correspondiente.
- Resolver casos de adaptación empresarial frente a cambios del entorno.
Estas experiencias facilitan un aprendizaje activo, en el que los estudiantes no solo comprenden cómo funciona una empresa, sino que también experimentan en primera persona la importancia de la organización y la comunicación interna.