El entorno empresarial se puede analizar distinguiendo entre dos niveles: el entorno general y el entorno específico.
1. Entorno general
Incluye los factores externos que afectan a todas las empresas en mayor o menor medida, sin importar su sector o tamaño.
- Factores económicos: inflación, tipos de interés, ciclos de crisis o crecimiento.
- Factores tecnológicos: avances en digitalización, automatización, inteligencia artificial.
- Factores políticos y legales: legislación laboral, fiscal, medioambiental.
- Factores socioculturales: cambios en hábitos de consumo, envejecimiento de la población, valores sociales.
- Factores medioambientales: regulaciones sobre sostenibilidad, impacto del cambio climático.
Ejemplo: Una subida del precio de la electricidad afecta tanto a una fábrica de coches como a un supermercado o a una peluquería.
2. Entorno específico
Se refiere a los factores externos que influyen de manera directa y particular en una empresa o sector concreto.
- Clientes: sus gustos y necesidades determinan qué se produce y cómo.
- Proveedores: condicionan costes, calidad y plazos de producción.
- Competencia: obliga a diferenciarse y mejorar continuamente.
- Administraciones públicas locales: pueden imponer regulaciones específicas o dar ayudas.
- Otros grupos de interés: asociaciones sectoriales, sindicatos, medios de comunicación especializados.
Ejemplo: En una empresa de calzado deportivo, el entorno específico incluye:
- Los clientes (jóvenes que buscan zapatillas de moda).
- Los proveedores (fabricantes de suelas o tejidos técnicos).
- La competencia (otras marcas deportivas).