Ninguna empresa funciona de manera aislada: todas están insertas en un entorno que influye directamente en su actividad. Este entorno está formado por factores económicos, sociales, tecnológicos, políticos y medioambientales que condicionan las decisiones y el rendimiento empresarial.
La capacidad de la empresa para adaptarse a los cambios del entorno es un factor decisivo para su éxito o fracaso. Una crisis económica, una nueva tecnología, una moda de consumo o una ley medioambiental pueden obligar a modificar la organización interna o incluso el modelo de negocio.
El estudio del entorno permite a la empresa:
- Detectar oportunidades (nuevos mercados, tendencias emergentes)
- Anticipar amenazas (competencia, cambios regulatorios, escasez de recursos).
- Ajustar su estrategia para mantener la competitividad.
En este apartado analizaremos:
- El concepto de entorno empresarial.
- La diferencia entre entorno general (común a todas las empresas) y entorno específico (propio de cada sector o empresa).
- La interacción con clientes, proveedores, administraciones y competencia.
- Las tendencias actuales que más afectan a las empresas: digitalización, sostenibilidad y flexibilidad.