En una empresa no todas las tareas son iguales ni tienen la misma finalidad. Para trabajar de manera ordenada y eficiente, las actividades se agrupan en departamentos o áreas funcionales.
Cada departamento se especializa en un conjunto de funciones (producción, ventas, finanzas, recursos humanos, etc.), pero todos están interrelacionados y deben coordinarse para que la organización logre sus objetivos.
La forma en que se estructuran los departamentos depende de factores como:
- El tamaño de la empresa.
- El tipo de actividad que desarrolla.
- El nivel de especialización que requiere su sector.
En este apartado estudiaremos:
- Los principales departamentos de la empresa y sus funciones.
- Cómo se relacionan entre sí para evitar duplicidades y conflictos.
- La importancia de la coordinación interdepartamental para alcanzar la eficiencia.